3 de abril de 2014

¡Feliz cumpleaños!

Me miras con mirada de reproche...
"¿Sabes qué día es?"
Miro el calendario...
¡¿Hoy es tres?!
¡¡¿No era mañana?!!
¡Qué estrés!

Y salgo de casa apurado...
"¿Y ahora yo que hago?"
No tengo nada preparado...
Será mejor improvisarlo...

Y rápido...

Necesito algo que le guste:
ni libros ni bombones,
(ni mucho menos ramos de flores),
nada hecho a mano
ni algo que ni quiera usarlo...
¡Qué difícil me lo pone!

Una idea se perfila:
quizá un complemento
y algo dulce de alimento
unido a un poema sincero
que excuse mi despiste
y colme sus sentimientos.

¡Probemos suerte entonces!

Sé que soy un desastre enorme:
un desordenado, despistado,
a veces muy poco considerado,
y tantos otros defectos
con los que causo tu desagrado...
...pero hay una cosa que es verdad:
que a pesar de los rifirrafes,
te quiero como a nadie,
igual que si fuera tu hijo,
igual que si fueras mi madre.

Porque te preocupas por nosotros,
eres divertida y elegante,
tus salidas son sorprendentes
y tu sonrisa reluce cual diamante.

Porque haces confortable
el hogar al que regresar,
y tras un largo día fuera
nos recibes con un "¿qué tal?"

Y aunque sea tarde y mal
déjame felicitarte
y simplemente desearte
que cumplas muchos más

Que para la próxima me acuerde...
¡Y perdón por mis desmadres!

Si es que madre solo hay una,
y no hay una como mi madre.
La persona adecuada hace las cosas que necesitas de forma espontánea