1 de enero de 2018

Hijo, la clave es vivir

Siempre tuve este miedo...
¿cómo te voy a sustituir?
Me respondes con una sonrisa
"cada día, la clave es vivir".

Mis dudas más infranqueables,
mis barreras más eregidas...
Cada vez que me ayudas a tumbarlas,
siempre tuve este miedo.

¿Sabré tirarlas cuando no estés?
¿Sabré ser tan sabio como tú?
En mi inseguridad me desespero:
¿cómo te voy a sustituir?

Me lees, como siempre haces,
me abrazas, mientras replicas.
"No soy tan sabio como crees"
me respondes con una sonrisa.

Cuando creas no poder más,
te sentará la vida. Sin duda.
Y cuando lo haga, recuerda esto
cada día, la clave es vivir.

Y aún sigo con algo de miedo,
pues no te quiero sustituir.
Pero sonrío: me has enseñado
que cada día, elijo como vivir.