28 de enero de 2012

[PRUEBA PARA IONLITIO] Banjo y Kazooie

¿Qué es marrón y rojo, tiene cuatro patas, dos brazos, dos alas y presenta dos personalidades muy definidas y completamente diferentes? No, no me refiero a q256 recién levantado por las mañanas, sino a dos personajes que forman la pareja más añorada por todos aquellos que en su día tuvimos una Nintendo 64...

Mi nombre es Filosente, y ellos son Banjo y Kazooie.

21 de enero de 2012

Carta a quien la merezca

Disculpa mis torpes palabras. Es el único inicio que puedo darte. No hay forma de que me acerque a lo que quiero decir con ellas, pero es el único modo de comunicarme que tengo.

¿Empezamos?

Yo lo que anhelaba era una señal. Una palabra. Un gesto descuidado. Una mirada. Un susurro. Una llamada. Un mensaje. Un rumor.

Algo.

No se exactamente por qué lo esperaba, pero era algo inamovible. No sabía cuándo, pero tenía que suceder. ¿Cómo no iba a ser? Era impensable.

Me fijaba en todo y en todos. No sabía la naturaleza de mi faro, así que cualquier destello podía ser el que buscaba. Tenía que estar atento en cada momento, pues podía ser que ese fuera el segundo.

Así aprendí a observar a la gente. Miraba a sus caras y leía en sus ojos. Podía ver lo que sentían y como lo sentían con la misma facilidad con la que tú lees estas líneas.

Era mi don, y lo apreciaba, ya que me confería seguridad a la hora de relacionarme con la gente.

Hasta que apareciste tú.

No recuerdo exactamente como nos conocimos, si es que nos hemos conocido. Podría improvisar algo bonito solo para que sonrieras con esa sonrisa que me encanta por conocerla tan bien... o quizá porque nunca la he visto. Pero al final nuestra historia la... ¿sabemos...? ¿sabremos...? bueno, solo tú y yo.

El caso es que me perdí en tus ojos. Es una expresión desgastada, lo sé, con mucha carga de "libro trillado del romanticismo". Pero ya te pedí perdón al principio por eso. No se me ocurre otra forma de expresarlo...  Te miré y te vi diferente que el resto de días. Te miré por primera vez, no se si de forma metafórica o literal. Pero te miré, y eso fue, o será, especial para mi.

Quizá lo que me sorprendió de tu mirada fue el color de tus ojos, su forma, su brillo o alguna de esas señales físicas en la que a los que nos creemos poetas nos gusta regodearnos para hablar de lo que no sabemos decir. O quizá fue algo más metafísico. O puede que ninguna de ambas. No sabía que señal buscaba, asi que puede que hasta la ausencia de las mismas fuese el código acordado.

No se si me puse (o me pondré) nervioso en tu presencia o fui capaz de hacer acopio de alguna treta de actor novato. Quizá intenté (o intentaré) hacerte sonreir con alguna bravata, o traté (o trataré) de impresionarte con una frase, también trillada, sacada de otro manuscrito polvoriento.

Te dije (o te diré) palabras que ningún otro mortal escuchará de mis labios, ni de mis teclas. Esa es la única verdad que pude (o podré) prometerte, porque es la única promesa que creo que puedo cumplir para conmigo mismo: no hay una palabra que sea igual para dos personas, pero tampoco habrá dos personas que reciban la misma palabra.

Fuiste, o serás, o quizá seas importante para mi. Y seguramente sabes que quizá hubo alguien que fue, es o será también alguien importante en mi vida. Pero al final, hasta que llegue la señal, nunca se quién fuiste, quién eres o quién serás. No soy una persona que olvide. Y puede que haya muchas cosas de por medio, incluso tú o yo, pero a pesar de eso nunca estoy tan lejos.

Por eso quiero que pedirtelo de nuevo: disculpa mis torpes palabras. Discúlpame cuando no te haya tratado, te trate o te trataré como te mereces. Cuando no haya sabido, no sepa o no sabré ver. Cuando no conseguiera, no consigo o no conseguiré perdonarte ni entender que, al igual que yo lo soy, tu también eres falible.

Disculpa mis torpes palabras. Es el fin que quiero darte. No hay forma de que me acerque a lo que quiero decir con ellas, pero es el único modo de comunicarme que tengo.

17 de enero de 2012

Música

Se alzan las notas.
Renacen las melodías.
Se limpian las telarañas
del viejo creador de sueños.

Mis dedos acarician tu superficie.
Somos amantes reencontrados.
Tiemblo al unirme a ti de nuevo,
y se alzan las notas.

Paso los pentagramas en mi memoria,
al igual que pasan recuerdos sin fin.
Vuelve a mi la gloria del pasado,
y renacen las viejas melodías.

Tras la emoción inicial, calma serena.
Aún recuerdo el día a día antiguo.
Me brillan los ojos al volver,
y se limpian las telarañas.

Nunca más nos separarán,
nada es el músico sin su instrumento.
Vuelvo a estar ya completo,
unido al viejo creador de sueños.

Se alzan las notas.
Renacen las melodías.
Se limpian las telarañas
del viejo creador de sueños.

16 de enero de 2012

Oda a los FICTEros

¡Compañeros FICeros todos!
¡Reuníos bajo mi canto!
¡Venid aquellos cuyos codos
de estudiar se han despellejado tanto!

Es hoy ya el gran hora
de provocar una algarabía:
son Thévenin y Norton
espadas de nuestra armería.

Reunid todos los apuntes
y haced sitio en la memoria:
reunid en ella fórmulas
y ejercicios del día a día.

Vamos todos como uno
a demostrar nuestra valía:
los alumnos de Informática
son gente de alta impedancia.

¡Nos atacan con diodos!
No os batáis en retirada,
pues aunque trabajen en ruptura,
su tensión está ya fijada.

¡Cuidado con los transistores!
No dejéis que os engañen:
los cuatro están en corte
y no hay intensidad que trabaje.

¡Señor, es una puerta lógica!
¡Que la moral siga viva!
¡Solo piden el Fan-out:
haced la entera de la mínima!

¡Oh, no, huyamos! ¡Teoría!
¡Retirad todas las Casio
e id a por el arma secreta!
¡Ocho kilos de chuleta!

La batalla duraba horas
y algunos ya caían,
mascullaban entre lágrimas amargas
mientras del aula 3.0 salían.

Algunos de nuestros compañeros
atacaban en una misión suicida
al frente diez del departamento
y examen de prácticas hacían.

Se iba desplazando el Sol
en la órbita de todos los días
mientras manos y cerebros
un descanso pedían.

Y por fin acabó la batalla
y los alumnos se estremecían,
y los gritos de fondo se oían
cuando dos resultados coincidían.

La batalla está ya luchada
y gastadas están las energías,
mas no olvidéis que sois grandes
por luchar luchas que lo merecían.

Avancemos pues mañana 
como ovejas al matadero, 
con la motivación de aprobar 
o catear en el intento.

¡Fiqueros! ¡Oidme!
¡La próxima noche... 
dormiremos en Zéner!

8 de enero de 2012

El temor más grande

Ni el desafío más grande,
ni el dragón más fiero,
ni jugarse la vida a una carta,
ni perder a quien más quiero.

Ni saltar sin red al vacío.
Ni ir desarmado contra ejércitos.
Ni fantasmas ni demonios,
ni sucesos inexplicables.

Ni fobias ni traumas infantiles,
ni los mayores horrores del mundo,
ni cualquier cosa imaginable,
ni cualquier cosa impensable...

Digas lo que digas,
o hagas lo que me hagas,
no hay nada, nada peor
que la espera ante eso.

Nada me da más miedo...

Que estar en la antesala,
en la jaula del dragón,
que ver como barajan,
o ver un rostro perder su color.

Que dudar al borde del barranco,
que ver nubes de polvo a lo lejos,
que esperar entre ruidos raros
y apareciones sobrenaturales.

Que la incertidumbre del no saber
lo que hay tras esa esquina...

En ese momento si late mi corazón
desenfrenado, como si fuera el final.

Pues puedo mirar al peligro
con serenidad si está frente a mi,
más no puedo aguardarlo
sin morir a cada instante.

6 de enero de 2012

Inocentada revenge

¿Os acordáis de esto? Fue una broma genial, ¿eh? ¿Quién querría hacer Sporkys de manera comercial?

5 de enero de 2012

Oariuni

Siempre has estado desvalida,
y yo a tu lado, intentando todo:

Intentando ser escudo,
para que nadie pudiera herirte.

Intentando ser espada,
para conquistar un reino para ti.

Intentando ser libro,
para que no cayeras en el olvido.

Intentado ser pluma,
para escribirte un destino diferente.

Intentando ser tu boca,
y poder hablarles de ti a todos.

Intentando ser tu mirada,
capaz de atravesar el alma de los hombres.

Intentando ser, a fin de cuentas, tú,
porque sin ti no soy nada...

Y ellos tampoco.

Nunca entendí por qué...
¿Por qué ella es tanto para mi?

Para tantos significas tan poco...

Te ven desnuda, y no te visten...
Te ven sedienta, y no te dan de beber...
Te ven tirada y no te recogen...
Te ven marcharte, y no te piden que te quedes...

Nunca entendí por qué
ella es tan poco para tantos
y tanto para mi,
pues sin ti no somos nada.

Vida.

Poema hecho con Iria

¿Reconoces estos versos?

Desde el principio al fin,
solo quisimos vivir libres.
Libres. Como el sol cuando amanece.
Vivir libres. Como el mar.
Porque es tan dificil creer que no habrá
un mañana... jamás...

¡Y qué más da! Si son cosas del azar.
No tengo planes más allá de esta cena,
pues esta noche moriría por vos...
¿Será por el color de tus ojos verdes
de ciencia ficción...?

Cada día una conquista...
la protagonista es ella también

4 de enero de 2012

En un espejo

No temo al espejo
que refleja mi cuerpo,
que desnuda mi alma,
que me muestra como soy.

Camino por la calle
al ritmo de mi mente,
presente en cuerpo,
mas en alma ausente.

No tengo destino fijo
más allá de la vaga hora
de retorno irrevocable
a la seguridad de mi hogar.

En esto veo a lo lejos
un familiar destello.
Destello de plata
y vanidad oculta.

Un espejo.

Me paro un segundo.
Cuerpo y mente en uno.
Con curiosidad viva
contemplo mi reflejo.

No recordaba el último día
que me miré en un espejo.
Debió de ser hace poco tiempo,
pues mis facciones reconocía.

El pelo corto, como siempre.
La cara quizá más delgada.
La misma nariz chata
y la boca grande.

Tras las gafas siguen allí.
Marrones, pequeños, ojerosos.
Esa mirada que no sé interpretar.
Pues nunca entendí mis ojos.

Sigo contemplando a Narciso.
Solo que mi atención no se fija
en una ilusa y vana belleza,
sino en ese destello ocular.

Me miro a los ojos.

Intento olvidar mi físico
y me concentro en mi mirada.
Trato de encontrar en mis retinas
algún rastro de mi alma.

Y todo se para un momento.

El reflejo del espejo es etéreo.
Un juicio mismo de mi mismo
sopesando en un iris y una pupila
la esencia de todo mi ser.

Pasan ante mis ojos
pasiones, ilusiones,
triunfos, fracasos,
pasado, futuro, presente.

Aparecen diferenciados
a un lado, lo mejor de mi.
Al otro, aquello que me
avergüenza infinitamente.

Se acercan como dos amantes
mi bondad y mi maldad,
mi nobleza y mi vileza,
mi cielo e infierno personales.

Y cuando se tocan el uno al otro...

Despierto con un respingo.
El espejo sigue en el mismo sitio.
Y reflejado en él, sigo yo.
Yo solo, yo mismo. Solo yo.

Sonrío y me voy
(cuerpo y mente separados)
sumido en una reflexión.

"Sea como sea... sigo siendo yo".