26 de diciembre de 2018

2018

Llevaba semanas con ganas de escribir esto...

Mi 2018, para no romper la tendencia desde 2011, ha sido un año de locos. Pero en general, creo que es un año muy positivo... Especialmente si tengo en cuenta que he decidido etiquetarlo con una palabra muy fuerte: libertad.

Empecemos por lo fácil: este año al fin me he podido independizar. Me encuentro con 25 con algunos ahorrillos, viviendo con un antiguo compañero de promoción y con un trabajo "estable", dentro de estar trabajando como desarrollador de videojuegos en España. Me he enfrentado ya a muchas facetas de la vida adulta que nunca había vivido, y en general los he llevado todos bastante bien. Vivo una vida ajetreada, sí, pero mi nuevo hogar es, como pocas veces lo he tenido antes, un auténtico santuario en el que puedo descansar.

He empezado muchos proyectos. Muchos siguen viniendo por las cosas de siempre, como amigos, asociación y trabajo, pero otros tantos salen por cauces nuevos u olvidados. Dar clases en un máster, dirigir el Trabajo de Fin de Grado de un alumno, participar en una Game Jam, viajar a eventos grandes del sector... Los videojuegos son, sin duda, una gran parte de mi vida ahora mismo.

Por otro lado, sigue siendo un año fuerte en lo social. Sigo soltero, pero no para de aparecer gente en mi vida. Me he reencontrado con un ciberamigo de hace muchos años, he conocido grupos nuevos de gente y he podido profundizar en relaciones olvidadas o congeladas.

Aunque supongo que al final, el cambio más grande es interno. Acabé 2017 en mitad de una lucha que se prolongó hasta este año... Y siento que he vencido muchos miedos y temores. Y en gran parte es por un cambio serio de actitud ante muchas cosas, y por hacer uso de herramientas que he desarrollado estos dos-tres últimos años. Estoy aprendido a hacer saber a la gente importante de mi vida que lo son para mi, a gestionar mis defectos, a no avergonzarme de mis luces, a conocer gente, a separar lo que tiene que estar separado y a juntar lo que debe estar junto.

Quedan aún muchos retos. Por mucho que este sea el año de la libertad, sigo teniendo grilletes y problemas que solucionar. Quizá dos de los más graves para mi actualmente sigan siendo mis ambientes y mi gente. Saber encontrar paz en todos los primeros, y lograr relacionarme mejor cada día con los segundos... Y seguir enfrentando las cosas que me atemorizan cada día, hasta que pueda ser libre en eso también.

2018 ha sido un año grande, importante y mayormente feliz. Quiero luchar para que, sea lo que sea que me depare 2019, pueda terminarlo como me siento hoy: como una versión mejor de mi mismo...

Como el digno sucesor de mi yo de 2017.


16 de diciembre de 2018

Faro milenario

Escucha, hijo mio,
oye mi voz.

Lo que te atormenta
tiene solución.

Era ya yo antigua
cuando nacer te vi

Otros ya pidieron
consuelo en mi.

Que te mezan mis olas
de tranquilidad.

Deja en el viento
tu mal y pesar.

Aquello que te agobia,
que se quede aqui.

La hierba y la roca
cuidaran de ti

Donde el cielo y el mar
se unen, haya paz.
La ansiedad y el dolor
se van con la canción.
Antes de que marches deja todo salir

Donde Gerion murio queda aun un lugar
mágico, donde un sol guia al navegar.
Un antiguo faro de luz maternal,
destino de los que aun buscan hogar