14 de abril de 2018

Relacionarse es complicado.

Vale, dicho así suena a ser asocial, ¡pero eso no lo hace menos cierto! Aunque quizá pueda reformular la frase para que se entienda mejor:

Las personas hacemos que relacionarse sea complicado.

Y hasta donde sé, creo que sigo siendo persona...

Por eso, en este momento de mi vida, estoy replanteandome ciertas cosas otra vez. Siento que, en este punto, las preguntas más importantes son cosas que parecen obvias, y que vienen de atrás...

Pero necesito volver a mirarlas con nuevos prismas.

¿Qué quiero de mis relaciones?
Que cumplamos juntos nuestras aspiraciones
¿Qué puedo aportarles?
Contar mi historia, y escuchar la suya
¿Qué tipo de persona me hace feliz?

¿Hay alguien a quién no esté valorando suficiente?

¿Hasta que punto mi felicidad depende de los demás?

¿Qué considero aceptable, y qué no, en mi forma de relacionarme con el mundo?

¿Qué cosas de las que me duelen de mis relaciones son a causa de mi actitud, y cuales se deben a que la relación es mala para mi?

¿Cuánto creo que me debo a los demás, y cuánto de eso es cierto?

¿Cómo quiero que me vean los demás?

¿Necesito conocer gente nueva, o conocer mejor a la gente que hay en mi vida?

Al final, creo que en este punto de mi vida necesito entrar una vez más en mí mismo para poder encontrarme con los demás