26 de agosto de 2021

Desiderata cuadragésimo séptima: feliz

Esfuérzate por ser feliz

Ser feliz es un esfuerzo.
Es fácil de demostrar
que luchar contra el descontento
es otra forma de trabajar.

Anímicamente siento
que si me dejo llevar
acabo siendo frío
y no me puedo levantar.

Y me da miedo salir
del fondo del sofá.
Prefiero refugiarme en él,
intentando no pensar.

Pero a veces me permito
abrir mi ventana al sol.
Dejar que entre aire limpio.
Dejar que entre su calor.

Entonces ignoro mis alarmas,
mi desidia y desazón,
respondo a una llamada
o propongo plan yo.

Y resulta que caminar ayuda.
O tomar algo en un bar
hablando de todo o de nada,
sin más pretensión que estar.

Irme al lado de una Torre,
poder contemplar el mar.
Escribir cuatro tonterías
e intentar hacerlas rimar.

Hablar de lo que aprieta
en mi pecho, soltar.
Escuchar lo que acongoja
a quien me quiera acompañar.

Tan fácil.
Tan pequeño.
Tan precioso.
Tan irrelevante.

Tan difícil.
Tan grande.
Tan común.
Tan importante.

Es fácil ser alegre
cuando eres coronado,
cuando eres el primero
y siendo condecorado.

Pero el verdadero secreto,
lo realmente complicado
la estabilidad que anhelo
y que aún no he encontrado...

No es ser alegre
el día de la alegría.

Es ser alegre
sin necesidad de algarabía.

Y eso, requiere trabajo.

Negarte la imposibilidad.
Exponerte a la novedad.
Examinarte con honestidad.
Permitirte descansar.

Se alegre, cuando toca,
vive, crece y atesora.

Pero cuando el tiempo duela,
las heridas se resientan,
y de ese jolgorio
te apartes en un desliz.

Haz tus rituales,
confía en tus amistades,
busca por donde seguir
Y esfuérzate por ser feliz.

¿Ser exigente con la felicidad es una forma de ser infeliz?

24 de agosto de 2021

No sé que soy sin mis altos y mis bajos

19 de agosto de 2021

 Todos necesitamos creernos nuestra propia historia, no crearnos nuestras propias historias

4 de agosto de 2021

Una autodemostración

TESIS 

Siempre he tenido miedo en convertirme, de una forma u otra, en aquello que ahora aborrezco. 

En ese sentido, eso siempre ha provocado que sienta ciertas reticencias con dos partes de mi carácter.

Por un lado está mi empatía. Siento que puedo ponerme en los zapatos de otra gente, comprender sus motivos y racionalizar su toma de decisiones.

Por otro, mi mutabilidad. He cambiado mucho a lo largo de mi vida. ¡Creo que a mejor!

Pero claro, si puedo entender a los demás y soy capaz de ser diferente... ¿No puede eso provocar que me pierda en las vidas de otros, y acabe por no encontrar la mía?

A eso hay que sumarle esa capacidad humana de encontrar patrones en las cosas. En muchas de mis actividades de ocio y trabajo he podido potenciar esa parte de mi mismo, y eso ha llevado a que sea muy bueno cazando similitudes en las cosas. Es decir, puedo detectar patrones de comportamiento similares en gente que tiene circunstancias de vidas parecidas. "Somos poco originales", que suelo decir.

Pero claro, si a una persona empática, mutable, sensible a los patrones de comportamiento de los demás le metes inseguridad... 

Sale una idea peligrosa.

"Si he encontrado ya a varias personas que hacen una acción semejante, que entiendo, pero que yo no hago... ¿Me estaré equivocando yo?"

Y por eso, siempre he tenido miedo en convertirme, de una forma u otra, en aquello que ahora aborrezco. 


ANTITESIS

En esta etapa de mi vida, tan distinta a la anterior, no he podido evitar aún así encontrar similitudes con mi pasado reciente. Ciertos nuevos actores en mi vida, que ocupan un lugar parecido al que otra gente tuvo, se comporta de manera muy similar.

Patrones. Hasta aquí lógico.

Lo que me atormenta un poco es que donde antes consideré ciertas acciones como desastrosas, ahora las veo sensatas, o incluso correctas. 

¿Por qué?

¿He cambiado mi forma de pensar?

¿Juzgaba a la persona, y no a la acción?

¿Es la situación distinta de alguna forma que no veo?

¿Me estoy convirtiendo en lo que aborrezco?

Vayamos una a una.

¿He cambiado mi forma de pensar? No creo. Sigo teniendo un juicio similar sobre las acciones que esa gente tomo en mi pasado, aunque piense distinto de las de mi presente.

¿Juzgaba a la persona, y no a la acción? Quizá en parte si. Es humano. Pero si otra persona hubiese realizado exactamente lo mismo, lo juzgaría igual. Así que el factor personal no parece ser clave.

¿Es la situación distinta de alguna forma que no veo? El entorno es distinto, y la gente involucrada también. Eso es un cambio

¿Me estoy convirtiendo en lo que aborrezco? No, eso simplemente es un momento de "drama-queen".

Siguiendo esta lógica... Aunque la acción sea la misma, el por qué se realiza es radicalmente distinto. El cómo se realiza, en consecuencia, tiene también un toque humano diferente, aunque la parte procedimental sea exactamente igual. Incluso los baremos de control usados parecen variar de alguna manera...

SINTESIS

Aunque las situaciones se repitan, porque somos poco originales, los escenarios y los actores pueden cambiar completamente el resultado. La intención, la actitud y la aptitud pueden hacer que un mismo método sea liberador u opresor, eficaz o un derroche. "Bueno" o "malo".

Existe verdad en todo. Aprender elementos, rasgos o métodos de aquello que aborrecemos no nos acerca a "villanizarnos". Al contrario, nos hace más anchos y profundos en lo espiritual. 

Aún así, corremos el riesgo de dar bandazos si no tenemos los ejes centrales claros. Es por eso que, ante la duda, debemos pasar las cosas por nuestros propios filtros. Con la mirada limpia, la mente serena y el corazón en el sitio.