4 de agosto de 2021

Una autodemostración

TESIS 

Siempre he tenido miedo en convertirme, de una forma u otra, en aquello que ahora aborrezco. 

En ese sentido, eso siempre ha provocado que sienta ciertas reticencias con dos partes de mi carácter.

Por un lado está mi empatía. Siento que puedo ponerme en los zapatos de otra gente, comprender sus motivos y racionalizar su toma de decisiones.

Por otro, mi mutabilidad. He cambiado mucho a lo largo de mi vida. ¡Creo que a mejor!

Pero claro, si puedo entender a los demás y soy capaz de ser diferente... ¿No puede eso provocar que me pierda en las vidas de otros, y acabe por no encontrar la mía?

A eso hay que sumarle esa capacidad humana de encontrar patrones en las cosas. En muchas de mis actividades de ocio y trabajo he podido potenciar esa parte de mi mismo, y eso ha llevado a que sea muy bueno cazando similitudes en las cosas. Es decir, puedo detectar patrones de comportamiento similares en gente que tiene circunstancias de vidas parecidas. "Somos poco originales", que suelo decir.

Pero claro, si a una persona empática, mutable, sensible a los patrones de comportamiento de los demás le metes inseguridad... 

Sale una idea peligrosa.

"Si he encontrado ya a varias personas que hacen una acción semejante, que entiendo, pero que yo no hago... ¿Me estaré equivocando yo?"

Y por eso, siempre he tenido miedo en convertirme, de una forma u otra, en aquello que ahora aborrezco. 


ANTITESIS

En esta etapa de mi vida, tan distinta a la anterior, no he podido evitar aún así encontrar similitudes con mi pasado reciente. Ciertos nuevos actores en mi vida, que ocupan un lugar parecido al que otra gente tuvo, se comporta de manera muy similar.

Patrones. Hasta aquí lógico.

Lo que me atormenta un poco es que donde antes consideré ciertas acciones como desastrosas, ahora las veo sensatas, o incluso correctas. 

¿Por qué?

¿He cambiado mi forma de pensar?

¿Juzgaba a la persona, y no a la acción?

¿Es la situación distinta de alguna forma que no veo?

¿Me estoy convirtiendo en lo que aborrezco?

Vayamos una a una.

¿He cambiado mi forma de pensar? No creo. Sigo teniendo un juicio similar sobre las acciones que esa gente tomo en mi pasado, aunque piense distinto de las de mi presente.

¿Juzgaba a la persona, y no a la acción? Quizá en parte si. Es humano. Pero si otra persona hubiese realizado exactamente lo mismo, lo juzgaría igual. Así que el factor personal no parece ser clave.

¿Es la situación distinta de alguna forma que no veo? El entorno es distinto, y la gente involucrada también. Eso es un cambio

¿Me estoy convirtiendo en lo que aborrezco? No, eso simplemente es un momento de "drama-queen".

Siguiendo esta lógica... Aunque la acción sea la misma, el por qué se realiza es radicalmente distinto. El cómo se realiza, en consecuencia, tiene también un toque humano diferente, aunque la parte procedimental sea exactamente igual. Incluso los baremos de control usados parecen variar de alguna manera...

SINTESIS

Aunque las situaciones se repitan, porque somos poco originales, los escenarios y los actores pueden cambiar completamente el resultado. La intención, la actitud y la aptitud pueden hacer que un mismo método sea liberador u opresor, eficaz o un derroche. "Bueno" o "malo".

Existe verdad en todo. Aprender elementos, rasgos o métodos de aquello que aborrecemos no nos acerca a "villanizarnos". Al contrario, nos hace más anchos y profundos en lo espiritual. 

Aún así, corremos el riesgo de dar bandazos si no tenemos los ejes centrales claros. Es por eso que, ante la duda, debemos pasar las cosas por nuestros propios filtros. Con la mirada limpia, la mente serena y el corazón en el sitio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario