13 de marzo de 2015

No hay muchas cosas en la vida que den más palabras que ella misma, al menos para la reflexión. Contemplamos nuestra propia existencia desde un marco subjetivo, pero las pocas veces que somos conscientes de él y logramos abandonarlo, hallamos algo mucho más grande que nuestra propia insignificancia...

Palabras grandes para una pequeña persona, realmente.

Sinceramente, a medida que veo pasar mi propia vida, y que veo objetivos completados, triunfos, desastres y pequeñas calamidades de fácil arreglo, me cuesta más ser capaz de definir las cosas. Es como si fuera consciente de una ignorancia mucho mayor que toda la sabiduría que haya podido acumular. Como sentirte el pez grande de la pecera el momento antes en el que te tiren al río de nuevo... Y de ahí a un lago, a un mar, a un océano, a un planeta entero de agua, en un ciclo sin final...

¿Sabes que pienso? Que la vida es una carrera para ver cuan lejos llegamos en un sendero infinito. Te tienes a ti mismo de base, y a partir de ahí, adelante. No hay nada más que ese avance, y allá donde pares será bueno si para ti es suficiente. Sin maldad ni bondad asociada, sin otro juicio que el de tu conciencia...

Ese pensamiento me hace sentir pequeño y oprimido, pero a la vez grande y libre...

De aquí al día en que se vaya la luz en mis ojos, puedo hacer lo que quiera. Avanzar en esa senda, retroceder o girarle la cara, quedarme donde estoy. No estoy seguro de que consecuencias tendría eso en mi vida, porque entre lo que yo haga como ser terrenal y lo que yo avance en esa "senda mística" no tiene por que haber relación. Un triunfador en las finanzas puede ser una persona en cualquier punto de ese camino. Al igual que el más pobre. Al igual que tú. Al igual que yo...

Siento que es un viaje aterrador y fascinante, y que para abordarlo debo abandonar parte de mi naturaleza para asimilar otras partes. Sin temores ni ilusiones. Simplemente como quien se interna en el bosque, o el que sigue una carretera desconocida. Porque para volver siempre hay tiempo, pero para avanzar el tic tac no me perdonará...

Solo espero que en ese viaje no pierda todo aquello que he encontrado hasta aquí. Lucharé por ello, al menos. Porque sino, nada de esto tendrá ningún sentido.

1 de marzo de 2015

Rimas aparte

La vida es un disparate.

Hay gente que viene, y gente que parte.
Gente que afirma ser capaz de esperarte;
los perdonaremos, son simples botarates.

Y ser parte de ese todo es un arte.
Y es que a veces cuesta no olvidarte
de que eres uno más de ese escaparate.

La vida, es un desastre.

Fingirte señor de tu baluarte
cuando ves que vas a derrumbarte
y maldecir al que quiere indicarte...

...que vas a estamparte.

La vida trata de acobardarte.

Y tratar de no agotarte
para no desilusionarte.
Buscar animarte.

La vida busca pisotearte...

Bueno, será si le permites anudarte,
¿no? Si le permites apartarte.
Si dejas que logren desplazarte...

La vida dejará de amarte.

Porque aunque quieres escaquearte,
y en excusas ampararte,
solo tu puedes ayudarte

¡Rimas aparte!