20 de marzo de 2013

Le llaman...

Le llaman el bandido,
por su corazón, forajido
de una oscura prisión,
donde perdió el sentido,
y quizá la razón.

Le llaman salteador
de todos los caminos,
ladrón de sentimientos
usurero de cariño,
homicida sin intención.

Le llaman el tahúr,
abogado del diablo,
el que se come la dama
usando solo un peón,
y se ríe de sus gracias.

Le llaman el certero,
pues nunca falló aún,
ni perdió el sombrero
al abrir los mil candados,
considerándose salvador.

Le llaman malhechor
por justicia divina,
por pasar toda su vida
caído en mil agujeros
que él mismo cavó.

Le llaman por su nombre
y se gira, impresionado
de saberse aún hombre,
a pesar de los mil motes
que él mismo se ha dado.

Y le llaman el viento,
pues allí dónde sopla,
solo con su aliento,
las tierras alborota,
contento y descontento.

Así se llama.

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