27 de mayo de 2016

Muchas veces no se quién soy.

Vale, se que es una afirmación llana y tópica, pero no por ello menos cierta...

No se como explicarlo. Es una sensación de extrañeza al verme reflejado en un espejo y no reconocerme. No por grandes cambios. No por paso del tiempo. Simplemente, un desconcierto momentáneo al ver a un total desconocido donde debería estar yo.

También es una sensación rara al verme en mis recuerdos. Paseo entre las página de este blog y veo reflexiones, alegrías, preocupaciones, pérdidas, triunfos... Muchos me sobrecogen por su validez, y otros tantos que me extrañan en su lejanía.

La gente espera de mi reacciones, fruto de la rutina, que dejo de dar. Olvido mis frases características y mis pequeñas obsesiones, en pos de otras nuevas. Ya hace años que no utilizo "ieso" como muletilla, ni tengo un pequeño mechón de pelo en la nuca al que llamo "coletilla". Ya no soy estudiante. Ya no soy actor. Ya no soy poeta...

¿Ya no soy yo?

Lo peor de no saber quién eres, creo, es saber quien fuiste, supongo

2 comentarios:

  1. No hay que confundir lo que somos con la forma que tenemos de comportarnos en diferentes momentos o situaciones, aunque a menudo confundamos una cosa con la otra, ya sea en nuestras propias personas o en el prójimo.
    No hay que confundir el SER con el PARECER.

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  2. No hay que confundir lo que somos con la forma que tenemos de comportarnos en diferentes momentos o situaciones, aunque a menudo confundamos una cosa con la otra, ya sea en nuestras propias personas o en el prójimo.
    No hay que confundir el SER con el PARECER.

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