3 de noviembre de 2010

De estudios y odas

Lamento no poner introducción adecuada
a estos rimados escritos,
pero la tarea que quedó atrasada...
Va a ser que requiere de un vistacillo.


Oda al estudiante

Oculto tras montañas
de tinta y papel,
el joven caminante
de ojos llenos de lagañas
contempla su quehacer.

Son largas las jornadas,
eternas las veladas
que nuestro pipiolo amigo
a su trabajo ha dedicado.

Bajo sus pies y sus ojos,
del camino recorrido
solo quedan tristes despojos.

Y ahora, hoy, angustiado,
trata de replicar lo memorizado.

Hoy es Selectivo.


Oda al ocio
 
¡Oh, dichoso y deseado ocio,
ausente compañero para mi has sido!
Es nuestro reencuentro descanso,
que me hace sentir revivido.

Tristes y oscuros los días
de estudio, sin duda, han sido.
Mas ahora que a verte vuelvo,
mis pesares carecen de sentido.

Pero algo me apena:
el tiempo que te has ido
en mi creencia ha hecho mella.
y en ti ya no confío.

Al igual que yo rompí la rima,
con facilidad y atino,
tu rompiste la infantil promesa
de estar siempre conmigo.

Ahora que niño no me consideran
(se supone, por haber hecho Selectivo)
y como adulto soy tratado por los demás,
te atreves a irte y dejarme en vilo.

¡Oh, deseado y temido ocio
que me traicionas tras tan leal servicio!
¿Podré volver a confiar en ti ahora
o tendré que esperar a los sesenta y cinco*?

*Nota: si finalmente se aprobara
sumarle dos a la fecha deseada,
antes de que la rima cambiara,
cometeré anacronismo.

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