31 de agosto de 2017

Desiderata cuadragésima tercera: ¡Paz, por favor!

Conserva la paz de tu alma...

Todo mi cuerpo está en tensión,
en espera de una señal.
No cejo de mirar el reloj por
si ha llegando el momento,
incluso cuando se que no es hoy.
¿O quizá pasará, al final?
No tengo suficiente información.

Rodeado por el ruido.
Un decibelio me separa de la locura.
Incluso el más mínimo quejido
derivará en un tenso gañido.
O quizá consumirá mi escasa cordura...

Entre gente entregada al estrés
solo trato de no unirme a la marabunta.
Todos entregados a sus errores
rezuman mal rollo a cada disputa.
Entre todos estos clichés
Solo puedo pensar...

¡Boberías! ¡Basta!
¿A que aspiramos viviendo así?
¿Sabéis el tiempo que perdemos
tratando de arreglar los entuertos
a los que la mala actitud dio nacimiento?

Ya lo he dicho.
Aaarrrghh...

Luchar por no perder la calma...

Y conservar la paz de mi alma...

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