16 de diciembre de 2019

Alegría contagiosa

Si cuando estoy feliz y saltando
tu estas triste, llorando,
no temas acercarte,
ni te marches musitando.
Hazte un sitio a mi vera,
cuéntame que te apena
seré oyente apropiado.
No creo poder ayudarte,
(mi saber es muy limitado).
Puedo compartir contigo
quizá un "te entiendo",
quizá un abrazo,
quizá un poema
que me habré inventado
para plasmar tu dilema
como lo he interpretado.
Si eso es suficiente,
quizá podamos, un rato,
olvidar las penas del mundo
y cantar sus alegrías juntos,
y entonces, ¡milagro!
Quizá la presión de tu pecho
se habrá rebajado...
Pues las cargas compartidas
no nos pesan a los dos.
Solo se ven disminuidas
para su portador
si el que está al otro lado
su alegría te ha mostrado
y le abres tu corazón

No hay comentarios:

Publicar un comentario