Siempre me llamó la atención
cierta gente a mi alrededor
que ríen donde otros lloran.
Siempre causan sensación:
las almas tristes los odian,
y en las serenas generan devoción.
Con el tiempo, la razón:
no es un gen especial,
es una peculiar visión.
Una palabra les guía:
¡alegría!
Os pongo un ejemplo sencillo,
muy común entre mis días
(pues soy grande y torpe).
Sucedió durante una comida.
Alargo mi brazo a la mesa
para coger otra vez mi bebida.
Calculo mal el movimiento,
¡al carajo con la misma!
Y mientras la copa caía,
y la bronca yo me temía,
mi anfitrión reía, y gritaba:
¡alegría!
Y de tamaña desgracia
de vino allá derramado,
hacía un silbido alegre
yendo camino a limpiarlo.
Se disipa la tensión:
contagiosa es la risa,
y su pura algarabía
entre todo bien caló.
¡Qué loco está este hombre!
...
¿Loco?
¿Quién está loco aquí?
¿El que ríe las desgracias
o el que las deja existir?
Achacaban a locura
la decisión más cuerda
que un hombre ha tomado...
La decisión consciente
de convertir las penas.
¡De hacerlas alegría!
Y de ahí pude aprender
que con amor y con sonrisas,
con cariño y carcajadas
el mundo es un lugar hermoso.
Y si tengo que escoger ser,
¿por qué hacerme pesaroso?
¡Haced pronto un sitio!
¡En el centro del manicomio!
¡Alegría!
y la bronca yo me temía,
mi anfitrión reía, y gritaba:
¡alegría!
Y de tamaña desgracia
de vino allá derramado,
hacía un silbido alegre
yendo camino a limpiarlo.
Se disipa la tensión:
contagiosa es la risa,
y su pura algarabía
entre todo bien caló.
¡Qué loco está este hombre!
...
¿Loco?
¿Quién está loco aquí?
¿El que ríe las desgracias
o el que las deja existir?
Achacaban a locura
la decisión más cuerda
que un hombre ha tomado...
La decisión consciente
de convertir las penas.
¡De hacerlas alegría!
Y de ahí pude aprender
que con amor y con sonrisas,
con cariño y carcajadas
el mundo es un lugar hermoso.
Y si tengo que escoger ser,
¿por qué hacerme pesaroso?
¡Haced pronto un sitio!
¡En el centro del manicomio!
¡Alegría!
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