26 de agosto de 2014

Desiderata segunda: paz en el silencio

Y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio...

Una última sonrisa me despide del mundo que habito.
Un chao, un par de clics, cerrar los ojos... Y nada.
Nada queda cuando te vas de donde estabas...
Nada... salvo el silencio.

Todo lo cubre...

Las fiestas de velas apagadas...
Los sueños de los amantes en la noche...
Los llantos de los corazones olvidados...
A mi mismo, en este instante.

¿Qué nos asusta del silencio?
Quizá todo lo que dice...
Tu corazón en él rige...
Y te comunica todos sus deseos.

Sus temores más profundos...
Y los olvidados reproches...
Las alegrías de amores invictos
y las añoranzas de aquel que sufre.

Mas quien no le teme, encuentra alegría.
No alegría carcajeante. Alegría serena.
Alegría de ser quien uno es.
Alegría de respirar tu propia esencia.

Suspiro solo en la noche...
Y sonrío, sin importar lo pasado.
No me asusta que no haya ruidos...

Pues una vez he caminado plácido, entre el ruido y la prisa...

Pienso en la paz que puedo encontrar en el silencio

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