15 de abril de 2010

La lucha contra Kronos (ed. premio)

Hoy os quería traer una versión alternativa del relato "La lucha contra Kronos", que os presenté el otro día. Esta fue la que presenté al premio de relatos de aventura que se celebra en mi instituto, aunque se que, probablemente, no gane. La verdad, estaba obcecado con "La lucha contra Kronos", y condensar todo eso en dos carillas era imposible...

En fin, que aquí os dejo el relato ^^



-          ¡Creto! ¡Por aquí!
Corremos por el largo pasillo, jadeando por el cansancio de una lucha contrarreloj que ya ha durado meses. Meses de angustias, de esperanzas frustradas, de tensiones sin liberar.
-          ¡Voy!
Mientras veo tu nuca poblada de enmarañado y rizo pelo negro y mis piernas siguen moviéndose automáticamente, me doy cuenta de que me está volviendo a pasar. Desde que hemos llegado aquí no he podido parar de pensar en el pasado y en nuestro incierto futuro… Sobre todo en ese primero. Es decir, si nos viera cualquiera de los que nos conocieron en nuestra futura vida… ¿reconocerían en nosotros a los jóvenes Carlos e Isaac?
-          ¡Vamos! ¡No te distraigas!
Oírte me saca de mis pensamientos y me devuelve a la realidad: este agobiante pasillo por el que llevamos... un tiempo que se que es imposible contar
Llevamos corriendo una hora… ¿o quizá un minuto? Ni siquiera el cansancio es un buen indicador, ya que hay veces en las que me encuentro exhausto y otras (como ahora, si es que existe tal tiempo) en las que me encuentro sorprendentemente renovado.
El pasillo comienza a bifurcarse. Unos signos en las paredes, cumpliendo el rol de carteles, indican hacia dónde llevan. Mejor dicho, hacia cuando llevan.
Estamos pasando por el marcado como XXIIDC y te oigo llamarme.
-          ¿Qué pasa?
-          ¿Cómo que qué pasa, Ícaro?
-          Pues que me has llamado, Creto. Te he oído decirme ahora mismo: “¡Isaac!”
-          Sabes bien que hace meses que no te llamo así…
Bah, me rindo. Si quieres bromear en esta situación, hazlo.
Seguimos avanzando. Estamos llegando, lo sé. Ya puedo percibir esa sensación de desorientación temporal que tuvimos la última vez…
Ya no puedo discernir si esto lo estoy pensando ahora o si es un recuerdo de un pensamiento. Y, justo en ¿este? ¿Ese? Bueno, en el extraño momento vemos la puerta. Exactamente igual a la de la última vez.
No lo pensamos más. La abrimos.
Lo primero que pienso al llegar es que este lugar está extrañamente igual que cuando lo dejamos, solo que visto desde otro ángulo. La misma caverna de piedra, con las mismas doce puertas y las mismas sillas talladas en torno a la misma mesa de piedra. Y, cómo no, el mismo hombre sentado en el mismo asiento y diciendo las mismas palabras:
-          Isaac e Ícaro, Creto y Carlos, bienvenidos.
Ya he oído esas palabras antes, pero esta vez cobran una relevancia tal que enmudezco, al igual que tú. Sin poder evitarlo, miro a mi derecha y… allí estoy. Y también tú.
Ya no sé si esto es recuerdo o realidad, pero no me molesto en hablar. Sé lo que él dirá:
-          Creto, Ícaro, salid un momento, por favor. Quisiera hablar con Carlos e Isaac primero.
Salgo fuera y, por primera vez desde que empezó todo, tengo un momento para mí. Sin embargo, no puedo evitar caer en la pegajosa telaraña de los recuerdos…
Cuando los dos hombres se fueron, me acerqué con Carlos a la mesa y tomé asiento en el lugar en el que Kronos nos indicó.
“Es un placer conoceros, chicos. Es sorprendente que hayáis llegado hasta aquí, más aún pensando en la cantidad de trampas que había por el camino. ¿Le vas a regalar algo a tu amigo por salvarte la vida, Isaac?”
Me quedé sorprendido de que supiera que Carlos había logrado agarrarme la mano justo cuando tropecé con aquel hoyo escondido y cuyo fondo desconozco. La verdad, su intervención fue casi milagrosa. Solo hizo una cosa antes de agarrarme la mano, y fue gritar mi nombre… No sé si yo hubiera tenido tantos reflejos.
“Bueno, vayamos al grano, chicos. Sé por qué estáis aquí, pero haré como que no lo sé para darle más emoción al asunto”.
Carlos siempre ha sido el más lanzado y, cómo no, es él el que se explica:
“Hemos oído que tú eras el Dios del tiempo”. Hay que tener valor para darle ese sarcasmo a las tres últimas palabras… “Como no me creo ni del cuarto la mitad, he decidido venir a demostrar que todo eso no son más que patrañas”.
 “Nunca pensé que fueras a decirlo, chaval”. No me gusta esa sonrisa de medio lado… “Pero me rebajaré a una pataleta infantil para avisar a los que vengan detrás de ti”.
De repente, empiezo a oir sus palabras como venidas de muy lejos…
“Carlos, ahora te llamas Creto. Isaac, ahora eres Ícaro. A partir de ahora, ya no vivis en el siglo XXI D.C., sino en el XXII A.C. Desde hoy, volveréis a ser los que fuisteis hace ya más de tres mil años. Si queréis volver a ser quienes sois ahora, volved a mi”.
Un fuerte golpe en la estancia me saca de nuevo de mis recuerdos. La puerta se abre de golpe y puedo ver que en la estancia solo queda Kronos.
-          Bueno, chicos… ¿Qué tal os lo habéis pasado viviendo vuestra vidas pasadas?
-          Casi tan bien como tú viéndolo.
-          Veo que sigues igual, Carlos… ¿O debería decir Creto?
Tengo que hacerte callar, o quién sabe lo que puede pasar…
-          ¿Qué va a pasar con ellos, Kronos? ¿Qué va a ser de Carlos e Isaac?
-          Bueno, eso es algo que tú sabes de primera mano…
Mientras los recuerdos se agolpan en mi mente, trato de vencer mi exasperación y reformulo la pregunta.
-          Te hemos encontrado de nuevo, Kronos. ¿Qué va a ser de nosotros? ¿Volveremos a ser quienes fuimos?
-          Bueno, bien sabes que eso va a depender de Creto...
No… No… No lo digas…
-          ¡Maldito bastardo!
¡No!
*             *              *

-          - Carausius, Italímino, pasad.

Desde fuera de la sala, contemplo etu mono plateado y tu pelo dorado. Con una disculpa en la mirada, me dices:

-          - Italímino, esta vez te dejaré hablar a ti.

2 comentarios:

  1. Qué va, fijo que sales escogido... si de la otra clase salió Mauro... ¡¡MAURO!!

    ResponderEliminar
  2. Gracias por los ánimos, aunque en clase tengo bastante competencia: Julia, Vanesa, David, tú, Sporky... Gente a la que es dificil superar en inventiva y narrativa.

    P.D: te paso eso de hoy por msn.

    ResponderEliminar