7 de julio de 2012

Negrura vial

Embrague, freno, arrancar.
Meto tercera por la general.
Intermitente, acelerador, ¡voy!
Me pierdo en la oscuridad.

Mis manos llevan la dirección
que pierden mis pensamientos,
y mis ojos ven a simultáneamente
la vía ante mi, y mis recuerdos.

No hay pedales en mi mente
que aminoren su velocidad,
y apenas veo ya las señales
de rutas que no puedo olvidar.

¿Dónde está el limpiaparabrisas
de mil y una lágrimas derramadas?
Llueve en el espejo y en mis gafas;
delante mía veo siluetas difuminadas.

Como siempre, el mismo cruce.
En el que nunca me desvío,
pues al otro lado del asfalto
hay un oscuro camino.

Inconscientemente, señalizo.
El "tick tack" a la derecha.
Doy un volantazo brusco,
preciso como una flecha.

El coche sale de la carretera.
Atravieso arcén, noche y cuneta.
Se apaga el motor con un bramido
que ahoga el sollozo de mi llanto.

No puedo escapar de mi vida,
ni abandonar esta horrible vía.
Las farolas se apagan para cubrir
la resignación del que ya no lucha.

Embrague, freno, arrancar.
Meto tercera por la general.
Intermitente, acelerador, ¡voy!
Me pierdo en la oscuridad.

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