31 de octubre de 2011

Dedicado a Ayo

Uno una vez más.
Déjame acompañarte.
Y despidámos para siempre
con una sonrisa en la cara.

Una túnica azul.
Espada al hombro.
Canas, barba, sandalias.
Uno una vez más.

Grecia por Galicia.
Argos por mi pueblo.
Esta ya es tu historia:
déjame acompañarte.

Horror por el pupilo.
Resuenan los aplausos.
Todo cobra otro sentido:
despidámonos por siempre.

Te veo partir en el traje,
en la cera y en las sandalias.
Veo como te vas, Ayo,
con una sonrisa en la cara.

Uno una vez más.
Déjame acompañarte.
Y despidámos para siempre
con una sonrisa en la cara.

Pero antes de que te vayas,
hay algo que tengo que decirte
en vez de simplemente despedirte
con una sonrisa en la cara.

Tras estos meses contigo,
algo en mi ha cambiado
y no puedo evitar apenarme
al despedirnos para siempre.

Así pues, aunque sea irreal,
te tengo que pedir que
me digas tú a mi esta vez
déjame acompañarte.

Y que perdido en mi memoria,
no me abandones jamás nunca,
y seas tu conmigo por siempre
uno una vez más.

Con una sonrisa en la cara,
en vez de despedirte para siempre,
déjame acompañarte
y seamos uno una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario