27 de diciembre de 2009

Éxito

Hace poco he recibido un correo cuyo contenido mantendré, de momento, oculto. Dicho correo ha causado en mi varias sensaciones de diversa índole, pero predominaba la sopresa entre ese tumulto que se formó en mi. Y es que, queridos Filosentes, me han ofrecido la posibilidad de darle un giro de 180º y, quizá, la posibilidad de que este blog se haga más conocido, de que tenga éxito. Y claro, me han dicho eso y me he embalado...

Ahora, aprovechando la pausa que hay entre Navidad y Nochevieja, me he parado ha reflexionar un poco acerca de todo ese tema y, tras considerarlo serenamente, he aceptado. Por el camino me he parado a pensar un poco en todas las consecuencias que podría tener aceptar la oferta, tanto positivas como negativas, y de dicha reflexión he sacado esta entrada hoy sobre lo que significa para mi "tener éxito".

Poder, dinero, fama. Rara es la opinión acerca de lo que es el éxito sin que aparezcan esas tres. A primera vista, parece que es lo que cualquiera podría desear en esta vida: reconocimiento social, lujos y estabilidad económica, poderío sobre otra gente. Muy tentador, sin lugar a dudas. Algo por lo que más de uno daría la vida... Y eso es lo que suele suceder.

Me explico: pensemos por un segundo que pasaría si cualquiera de nosotros los que formamos la parte anónima de la sociedad (es insignificante 99,99%, así a ojo de buen cubero) saltara al estrellato. Venga, por un segundo tratad de imaginarlo, vaguetes. ¿No pensaríais que el animal buenazo de Master os iba a dar todo hecho, no?

Ains, se ve que siempre me toca hacer todo a mi... Está bien, os pondré un ejemplo que se me viene ahora a la cabeza...

Estoy en T5. Me han invitado a un programa de esos de cotilleo. Espera que recuerde como se llamaba... ¿Rescátame? Bueh, algo así. Total, lo que importa es que voy a cobrar bastante... O eso me ha hecho creer mi mánager. En fin, hasta ahora no me ha ido mal con él, así que me repantigaré en esa silla y largaré todo lo que me han dicho que tenía que contar...

[...]


¡Buff! ¡Al fin en casa! Sinceramente, ha sido agotador. Lo peor fue cuando, al salir, todos esos paparazzi se abalanzaron sobre mi cuando trataba de llegar al coche... Aunque ya estoy acostumbrado. Bueh, vamos a ver dónde anda Sebas... ¡Sebas! ¡Sebas, la cena! ¡Ya!


[...]


¡Qué gustazo! No sé como lo hace, pero Sebas siempre prepara unas comidas que parecen de cocinero profesional. Y claro, no hay nada mejor tras una cena opípara que un masajito de mi cama vibradora... Bueno, quizá debería ir a cama, aunque juraría que me olvido algo...

En ese mismo momento...

Móvil: Mensaje de Mamá
Isma, ¿dónde estás? No has venido a cenar por Nochebuena... Aunque bueno, ya me habías comentado que tenías compromiso con tu mujer... En fin, os espero para la comida de mañana, ¿vale? Un bico y felices fiestas, hijo.

Vale, ya está el tablero, las fichas y las reglas. Ahora, ¡a jugar!


Vamos a analizar un poco la vida de este sujeto: es rico y famoso (lo requieren en programas de TV). Parece vivir en una mansión lujosa, con gente que le hace todas las tareas domésticas. Esta casado y su madre los espera a él y a su mujer para Navidad. ¡Qué vidorro!

Sin embargo, si analizamos bien y aprendemos a leer entre líneas, quizá no sea oro todo lo que reluce...

Este Ismael es un chaval sin carácter (lo podemos ver en que se deje influenciar por su mánager sin pensarlo si quiera). Es bastante materialista (va a un programa de la TV a decir algo que desconocemos simplemente por dinero) y tiene un trato bastante frío con la "servidumbre" (no estoy muy de acuerdo con ese término, pero no se me ocurre otro mejor...). Por si fuera poco, a cambiado una visita a su madre por ir a ese programa de televisión...

Queridos Filosentes, no se si yo llegaré a triunfar o no con este blog o cualquier otra cosa, pero cuento con vosotros para darme un toque de atención si me vuelvo aún peor un materialista, egoísta, prepotente o cualquiera de los pocos defectos que me faltan por acumular. Aunque, de momento, creo que seguiré como siempre: en mi habitación, en mi sillón, actualizando este blog.

Para acabar, me gustaría dejar dos frases. Con una quiero definir en pocas palabras la idea principal de esta entrada y con la otra haceros pensar un poquico =D

1) He encontrado la fama... pero me he perdido por el camino.
2) Hay famosos porque existen anónimos. ¿De qué serviría la fama si todos nos conociéramos los unos a los otros? Lo mismo se puede aplicar a cualquier cosa: éxito y fracaso, vida y muerte, inteligencia y estupidez...

1 comentario:

  1. Buen análisis el del ejemplo. Tú no te preocupes, que si se te sube todo a la cabeza y tu carácter cambia, yo creo que con buen mesazo en la cabeza vuelve a quedar todo como antes.

    P.D.: el plan este no es mío.
    Ah, y felices fiestas y próspero año a ti y a toda la familia también.

    ResponderEliminar