17 de febrero de 2010

Ciberario de un desastre

Una vez más, os traigo un relato que, de nuevo, presento a concurso.

En este caso, un historiador nos presenta a Lt. Marc Thomson, un alto cargo del ejército británico, de carácter rudo y "especial" hablar, en un intento de desvelar lo sucedido en el suceso llamado Gran Desastre.

Aquí os lo dejo ^^

Saludos, querido lector. En esta parte es en la que me presento y le cuento cosas de mi aburrida vida, pero no quisiera agobiarle antes de empezar esta narración que, realmente, no me pertenece. Pero vayamos al principio:

Como historiador que soy, siempre me ha llamado mucho la atención la falta de testimonios escritos de la Gran Destrucción, acaecida, como bien sabrá, en el año 0/1 de nuestro calendario (también se le llama 2598 D.C., forma en la que los habitantes de esa época contaban los años a partir de un suceso del que se conservan pocos datos). Por lo menos a este humilde servidor le resultaba raro que se conservaran obras de mil años atrás (tanto artísticas como literarias) y que no se tuviera conocimiento de ningún texto posterior al año 101/-2 (es decir, el año 2101 D.C.). 

Recientemente (y esto es de conocimiento público) hemos encontrado unos extraños artefactos cúbicos con una serie de pequeños botones una cara, un orificio en la cara contraria a la de los botones en forma de lágrima y una especie de cristal líquido cubriendo las otras cuatro restantes. Dichos artefactos estaban enterrados a unas 87 metros del lugar en el que se cree que tuvo lugar en inicio de la Gran Destrucción, lo cual nos hace preguntarnos si no serían alguna forma de testimonio de dicho y fatídico acontecimiento debido a que aparecieron en una especie de cámaras de metal a varios centenares de metros de profundidad.

Sin embargo, lo que no se ha revelado a la sociedad es el hecho de que se ha descubierto el mecanismo que enciende dichos artefactos. Hemos descubierto un último botón escondido en la parte más lisa del objeto que, al pulsarlo, mostraba una pantalla en un lenguaje similar al denominado “inglés británico” (el que se hablaba hace casi 1300 años en la actual Bretonia, es decir, por tiempos del segundo milenio de la era D.C., nuestro 0/-3), pero mucho más evolucionado, lo que nos puede llegar a la conclusión de que dichos artefactos pertenecen, sin lugar a dudas, al siglo de la Gran Destrucción.

Hemos tenido que recurrir a expertos de todo el globo para lograr traducir el texto, a pesar de que constaba de menos de 120 caracteres. El texto predicaba lo siguiente: “Este ciberario pertenece a Lt. Marc Thomson. Identifíquese con la clave personal de acceso o con el escaneo táctil”.

En aquella época de la historia, se denominaba “clave personal” o “contraseña” a un conjunto de caracteres de carácter alfanumérico con un significado lógico sólo entendible por su creador destinados a proteger datos personales. Para nosotros es impensable el hecho de que alguien pudiera realmente querer robar esa clase de información, pero era algo bastante común en esos tiempos.

Así pues, en mente de todos estaba la duda de cómo íbamos a averiguar dicha clave. Se barajaron muchas hipótesis, pero finalmente se optó por el método estadístico-deductivo de Gary-Polorno. Parece mentira que algo que enseñamos a nuestros alumnos de Enseñanzas Elementales pueda ayudar a resolver algo tan complejo, pero las ecuaciones y métodos lógicos del G-P aplicados en conjunción con los datos obtenidos acerca de Lt. Marc Thomson gracias a escaneo biológicos en la superficie del cubo nos llevaron a la conclusión de que el artefacto había sido modificado en contadas ocasiones. Además, un número se encontraba en un nuevo compartimento secreto hallado en otra cara del cubo: 1212598.

Un golpe de suerte quiso que dicho número fuera la clave. Inmediatamente, el artefacto se abrió, dejando ver un extraño objeto de forma circular y brillante superficie y un papel de increíble calidad (mejor incluso que el que usa nuestro Mandatario) con una serie de caracteres escritos en inglés británico.

La traducción del texto fue simultánea al análisis del objeto circular, al que, por el momento, hemos denominado Circuvente por su forma circular y el hecho de que sobrevivió a la catástrofe. Ahora vemos que, aparte de nuestro pequeño anagrama, el nombre tiene un segundo significado que nosotros, sin quererlo, le habíamos adjudicado…

El texto escrito en papel, cuyo contenido me han pedido expresamente que no se haga público, contenía las claves de control para usar el Circuvente. Su contenido ha resultado ser una especie de diario personal de Lt. Marc Thomson, o eso hemos pensado en un primer momento al escuchar la forma de narrar.

Por supuesto, es muy complicado transcribir de forma total algo así debido a la entonación, la pronunciación, el acento… Sin embargo, era el primer paso para lograr la comprensión total del supuesto diario.

Tras arduas investigaciones de algunos de los mejores lingüistas, historiadores, traductores y expertos en general, hemos logrado traducir una parte importante del texto. Aún quedan muchos matices que desvelar, palabras por traducir, párrafos por comprender, pero hemos dado un increíble paso: hemos descubierto que fue, porqué fue y como fue la Gran Destrucción.

Me gustaría explicároslo yo todo, pero Lt. Marc Thomson tiene más conocimiento, más fluidez, más concisión y más autoridad (Lt. era un rango del ejército usado ya mucho antes de el tiempo de Marc, pero se conservaba de forma honorífica para los altos mandos que lo merecían).

En definitiva, él os quiere contar una historia que hoy, en el 1/11, cumple ya mil años. Leed atentamente esta reconstrucción que hemos hecho, rellenando huecos con las palabras que nos parecen más posibles para hacer una historia completa.

Nuestro querido Lt. lo estructuró originalmente en días, y nosotros hemos decidido respetar ese orden, aunque no nos hemos podido resistir al hecho de escribir unas aclaraciones acerca de algunas interrupciones irregulares.

Con usted, la narración más cercana del Gran Desastre.

Día 1: Aquí Marc Erik Thomson II, haciendo el informe- resumen para el Proyecto Ciberario. O eso es el nombre que esos amaricolchados de los científicos del ejército han tratado de hacerme creer… Realmente, quieren que haga un estúpido audio-diario. ¿Quién iba a querer hablar de lo que siente mientras está en las trincheras, aferrado a la vida por el tubo que le une al respirador que purifica el aire contaminado? Por no hablar de la concentración que hay que tener para controlar los Mecansoldados a mí mando…

Para, que me equivoco. Esos malditos embatados me han dicho que me explique cómo le diría a sus malditos hijos (seguramente bastardos), ya que sino esta estupidez no tendría sent… ¡JODER! 

Aquí se oyen ruidos ambientales similares a explosiones. Deducimos por lo dicho por el Lt. que estamos ante una guerra de la cual no se tenían datos hasta la fecha.

Día 2: ayer casi me revientan la cabeza por distraerme con esta mariconada. He tratado de convencer a esos agilipuertados, pero me han dicho que de dejar el proyecto nanes. Por si fuera poco, han mencionado que “quizá no sea tan valiente como dice ser, señor Thomson”. ¡Pero que se ha creído! ¡Su culo está a salvo y calentito porque el mío cualquier día puede ser descongelado a balazos!

En fin, me han dicho que explique un poco lo que decía ayer en mi “informe-resumen” sobre la guerra, los Mecansoldados y demás, así que a ello me pongo… con la chuleta que me han pasado los apajaritados:

Durante los últimos quinientos años se ha desarrollado una tecnología que permite controlar por pensamiento todo aparato que use una forma de energía que hemos denominado Aigrene. Básicamente, para cargar un aparato de Aigrene hay que liberarlo previamente de cualquier otra forma de energía que posea, ya sea cinética, potencial, eléctrica… (Mira tú, eso yo no lo sabía). 

En fin, me parece mucho rollo leerlo así, por lo cual me explicaré yo: resulta que hemos descubierto que si le enchufamos suficiente Aigrene a un robot (véase bicho metálico de forma humana), podemos manejar ese cuerpo como si fuera el nuestro. Es más, un pavo suficientemente entrenado puede manejar varios robots a la vez (ahora mismo el record lo tiene un Andirano, habitante de Andira, la antigua Australia, manejando 309.678 robots a la vez).

El ejército, ojo al parche, se dio cuenta de que se podían hacer ejércitos que serían la leche: no habría que preocuparse de que respiraran el aire contaminado, no les molestarían los cambios de temperatura, no se cansarían… Y ahí nacieron los Mecansoldados.

La transmisión se vuelve a interrumpir aquí y, por desgracia, no se recupera hasta 9 días después.

Día 11: en el ataque de hace nueve días casi me voy para el otro barrio… Los muy cabrones lograron romper todas las defensas y se cargaron a los Mecansoldados, dejándonos a los Guías, es decir, los que dirigimos a los bichos, con el culo al aire. He sobrevivido de milagro… y porque me necesitan para este estúpido proyecto. Joder, si no hubiera sido escogido yo, iría con mis compañeros en las cajas de pino…

Ahora, con medio brazo nuevo que me han injertado, tengo que guardar aún dos días de reposo antes de volver a la guerra. Me han dicho que aproveche el tiempo para planificar nuevas estrategias y para seguir narrando cosas en este estúpido ciberario.

Creo que sería bueno hablar de la guerra, así que de eso escupiré, como se decía hace ya mucho tiempo para referirse a ser un maldito soplón.

En nuestro mundo existen tres grandes facciones: Eurasianos, Africanos y Americanos. Nosotros, los que vivimos en Eurasia, ocupamos gran parte del globo, pero somos los más debiluchos militarmente. Nos lidera mi querida patria Inglaterra. 

Los Africanos comenzaron a crecer hace cuatro siglos y se convirtieron en una gran potencia económica. Esos negratas lograron superar incluso a la vieja USA. Su ejército es mucho mayor que el nuestro, aunque está menos avanzado económicamente.

Por último, los Americanos. Llevan siendo los reyes del mambo casi siete siglos, los muy cabrones. Tienen tecnologías increíbles, aunque conservan viejas glorias bastante acojonantes, como pueden ser las armas nucleares.

No tengo ni idea de por qué empezamos a atacar a los Africanos ayudados por los yanquis (¿por qué llevamos siglos llamando así a los Amaricon… Americanos?). Yo sólo mato gente y deshago metal.
Al final, cuando parecía que los Africanos perdían, los malditos yanquis nos reventaron medio ejército por la espalda. Una puta trampa de los otros dos contra Eurasia…

Así que ahora nos enfrentamos Eurasia contra el mundo. 

Una vez más, aquí se interrumpe la historia de nuestro amigo el Lt. y, de hecho, solo hemos podido traducir tres fragmentos más, pertenecientes a los días 20, 26 y 31:

Día 20: Dicen que el proyecto se ha de poner en marcha. Han encendido la conexión de mi ciberario con la cápsula del tiempo. Estamos jodidos.

Día 26: Puede que esta sea mi última transmisión… Los yanquis lo han decidido…

Día 31: Miro al cielo por última vez y veo toda esa potencia en una única bomba… y sé que la Humanidad se acaba hoy. La radiación lo destruirá todo simplemente porque casi hemos ganado…

Joder, no me he podido despedir de nadie…

En fin…

Cinco…

Cuatro…

Tres…

Dos…

Uno..

Fin-de-la-transmis…

Esto es todo lo que, con la tecnología actual, hemos logrado extraer, pero es bastante esclarecedor: el Gran Desastre fue el resultado del lanzamiento de la bomba atómica más potente que fue creada en la historia documentada. A pesar de tener todo en contra, los Eurasianos casi lograron vencer en la guerra, pero los Americanos, en un auténtico arrebato de locura, prefirieron reventar el mundo a perder…

Esto concuerda con los altos niveles de radiación que se han encontrado aún hoy en la zona en la que se supone que cayó la bomba, justo encima de donde debió estar el campamento de los Eurasianos.
Además, hemos averiguado el origen de los ciberarios: fueron creados por científicos que se prepararon para lo peor: una hecatombe que, finalmente, sucedió.

Sigue siendo un misterio el por qué no hay textos escritos, como lograron almacenar obras de arte con antelación las distintas facciones sin saber si caería la bomba o no… Sin embargo, los Circunventes restantes, como verdaderos videntes del pasado, parecen tener respuesta a algunas de estas preguntas…


Me gustaría mencionar que lo de "no se han encontrado textos escritos" es una referencia a Internet.

Los años están en formato año/siglo, contando que el 2598 es el 0/1 (Primer año del primer siglo).

La palabra Aigrene es "energía" al revés. Esto se debe a que para llenar algo de Aigrene hay que vaciarlo de energía, lo cual me daba pie a un juego de palabras.

La clave personal, 12122598, si se lee en el formato de fecha actual, puede escribirse como "12/12/2598". Es la fecha exacta que le he dado al G.D.

Lo de que el texto tiene menos de 120 caracteres es verídico: compruébalo en Word.

Mecansoldado es un término usado en el videojuego de DS "Lock's Quest" para referirse a soldados creados con metal y energía. Tienen conciencia de si mismos y son autónomos, aunque carecen de alma.

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